Países pobres: un caldo de cultivo para el neoesclavismo digital
Introducción
La industria de la inteligencia artificial (IA) confía en el etiquetado de datos para enseñar a sus algoritmos de aprendizaje automático cómo interpretar e interactuar con el mundo real. Sin embargo, el proceso de etiquetado de datos es arduo, mal remunerado y a menudo explota a trabajadores vulnerables en países en desarrollo, dejándolos sin derechos laborales básicos.
La importancia del etiquetado de datos en el aprendizaje automático
Para que un algoritmo de aprendizaje automático funcione correctamente, necesita analizar grandes volúmenes de datos etiquetados y aprender a identificar patrones comunes. Los humanos desempeñan un papel clave en este proceso, ya que son los encargados de identificar y etiquetar los datos para que el software pueda interpretarlos correctamente. Sin embargo, como este trabajo es tan tedioso y mal remunerado, a menudo atrae a trabajadores desesperados en países empobrecidos.
Explotación de trabajadores en países en desarrollo
Empresas destacadas de etiquetado de datos, como Scale AI, Appen, Hive Micro y Mighty AI, han recurrido a la mano de obra en Venezuela, Colombia, Kenia, Filipinas e India para satisfacer sus necesidades de etiquetado. Estos trabajadores a menudo enfrentan condiciones de trabajo precarias, sin seguridad social, indemnización o posibilidad de reclamar pagos atrasados.
Trabajo remoto sin derechos laborales
Plataformas como RemoteTasks y Amazon Mechanical Turk (AMT) ofrecen tareas de inteligencia humana que las computadoras no pueden realizar. Sin embargo, los empleados que trabajan en estas plataformas carecen de derechos laborales básicos y, a menudo, no pueden contactar directamente con sus empleadores. Sus tarifas oscilan entre dos y tres dólares la hora.
Abusos y precariedad en el sector del diseño gráfico
En el sector del diseño gráfico, plataformas como 99Designs prometen «alta calidad a bajo precio», pero a menudo explotan a sus diseñadores. El profesor Trebor Scholz explica que, si bien un cliente paga 300 dólares por un diseño de logotipo, solo el ganador del concurso recibe 180 dólares, mientras que la plataforma se queda con los 120 dólares restantes. Los demás diseñadores trabajan sin recibir compensación alguna por sus esfuerzos.
Conclusión
A medida que la industria de la IA continúa creciendo, es crucial abordar la explotación de los trabajadores en el proceso de etiquetado de datos. Es necesario garantizar que aquellos que contribuyen al avance de la IA sean tratados de manera justa y reciban una remuneración adecuada por su trabajo y protección en términos de derechos laborales.