De acuerdo con un ex ejecutivo de OpenAI, la Inteligencia Artificial podría ser el último gran invento tecnológico de la humanidad.
El avance de la inteligencia artificial podría ser el último gran invento tecnológico de la humanidad, según un exejecutivo de OpenAI
La rápida evolución de la inteligencia artificial (IA) ha generado incertidumbre sobre el futuro de la humanidad y sus efectos en diversos campos, incluidos los puestos laborales. Un pronunciamiento reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que hasta un 60% de los empleos podrían sufrir cambios drásticos a causa de la IA. Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, ha manifestado preocupaciones sobre la necesidad que tendrá la humanidad de adaptarse rápidamente a los cambios impulsados por la IA.
Exdirectivo de OpenAI predice estancamiento en innovaciones tecnológicas debido a la IA
Zack Kass, un exalto ejecutivo de OpenAI, en una entrevista con Business Insider, afirmó que el avance de la IA podría ser el último gran invento tecnológico de la humanidad. Según Kass, la IA podría llevar a que no se generen nuevos dispositivos ni servicios tecnológicos en el futuro.
En declaraciones de Kass:
«No he conocido a ningún experto en la industria a quien respete que no reconozca el hecho de que esta podría ser la última tecnología que los humanos inventen y que, de ahora en adelante, la IA simplemente nos impulsa a un ritmo excepcional y vivimos cada vez más vidas más plenas y alegres con menos sufrimiento y, ya sabes, exploramos otros mundos y galaxias, etc.»
Al ser consultado sobre la posibilidad de que la IA pueda desencadenar un escenario catastrófico similar al de la saga de películas Terminator, Kass consideró que hay una posibilidad real de que una o varias generaciones dejen de evolucionar debido a la falta de problemas difíciles e interesantes para resolver, lo que llevaría a que el cerebro humano deje de evolucionar.
Factores que pueden limitar la implementación de la Inteligencia General Artificial (AGI)
Kass mencionó tres aspectos que podrían obstaculizar la adopción generalizada de la Inteligencia General Artificial (AGI, por sus siglas en inglés) en el futuro: «un déficit informático, un déficit energético y una regulación excesiva o una mala política».
