Introducción
Recientemente, en el Foro de Davos, Sam Altman advirtió sobre un obstáculo importante en el avance de la Inteligencia Artificial (IA): la energía y el agua a nivel mundial. La IA continúa expandiéndose y mejorando su rendimiento, pero su crecimiento podría verse limitado por las capacidades humanas y planetarias. Investigaciones en energías alternativas, como la Fusión Nuclear, intentan resolver este problema, pero aún queda mucho camino por recorrer.
El dilema de la energía y el agua en la IA
El rápido crecimiento de la IA es indiscutible; sin embargo, su expansión y evolución también han provocado un aumento significativo en el consumo de energía y agua. Según Altman, el desafío energético enfrentado por la IA llevó a OpenAI a investigar la Fusión Nuclear, una fuente de energía limpia e inagotable que aún no ha sido dominada por la humanidad.
Un hito en este campo es el logro de China quienes estabilizaron la Fusión Nuclear durante 403 segundos en su experimento conocido como «Sol Artificial». A pesar de este avance, queda mucho por hacer para cubrir las necesidades energéticas de la IA a nivel global.
El consumo de energía en la IA: ejemplos de OpenAI y Google
Para comprender la magnitud del problema, tomemos a ChatGPT como ejemplo. Esta IA consume energía equivalente a 33,000 hogares. Por otro lado, la IA de Google enfocada en búsquedas en línea tiene un mayor consumo, ya que cada búsqueda requiere 0.3 Wh. Con 8.500 millones de consultas diarias en todo el mundo, el consumo de energía es asombroso.
El consumo de energía total de Google, incluyendo sus otros servicios, es aún mayor: alrededor de 6 Teravatios por hora, lo que equivale a seis veces más que las consultas de búsqueda mencionadas anteriormente.
Escalabilidad y consecuencias para el futuro
Considerando que Google es de 5 a 6 veces más grande que OpenAI en términos de valor y servicios, en conjunto, estas dos compañías consumen alrededor de 30 Teravatios hora solo en IA. Aunque en comparación con el consumo energético mundial es un porcentaje pequeño, se espera que esta cantidad se triplique o cuadruplique en unos años, alcanzando los 100 TWh.
Si observamos el panorama global, incluyendo países como EE.UU. y China, el problema energético y de agua con la IA se vuelve aún más crítico. La falta de energía suficiente y agua para refrigerar servidores y hardware amenaza con frenar el progreso en este campo.
Los desafíos del agua y la energía: un límite para la IA
Actualmente, existe una creciente preocupación sobre la escasez de agua en el subsuelo, lo que podría tener un gran impacto en la gestión de recursos. La prioridad en el uso de estos recursos debería ser el ser humano, pero la IA compite cada vez más por su porción.
En este contexto, es posible que el límite de la IA no sea el desarrollo de chips y arquitectura, sino más bien la energía y el agua disponibles. Aunque la eficiencia energética de la IA puede aumentar, su rápida evolución y expansión requiere cada vez más recursos, lo que pone en riesgo la sostenibilidad energética y hídrica a nivel global.
