La revolución de la inteligencia artificial ha comenzado y está aquí.
La revolución de la inteligencia artificial transforma la sociedad y desafía la creación de contenido
La innovación tecnológica asociada a la inteligencia artificial (IA) está cambiando la forma en que vivimos y nos relacionamos con nuestras creaciones. Carlos Santa Vega, también conocido como DOTcsv, presentó en el evento Círculo 500 del Círculo Mercantil e Industrial cómo esta transformación está afectando al campo multimedia y al lenguaje, siendo un cambio más amigable que la llegada de Internet en los años 90.
El aprendizaje automático marca la diferencia
Aunque la IA existe desde hace décadas, su verdadero impacto comenzó a sentirse recientemente gracias al avance del deep learning o aprendizaje profundo. Este enfoque permite a las máquinas almacenar gran cantidad de datos y aplicarlos para resolver tareas específicas, abriendo nuevas posibilidades y mejoras en diversos campos.
IA generativa: creando contenido como nunca antes
La aplicación más innovadora de la IA en la actualidad es la generativa, la cual utiliza algoritmos para crear nuevos datos. Dos ejemplos destacados de ello son Chat GPT y Dall·e, desarrollados por OpenAI. Esta tecnología se aplica no solo a textos, sino también a imágenes, vídeos y música, permitiendo generar contenido cada vez más realista y convincente.
Beneficios y desafíos de la IA en la creación de contenido
Las capacidades de la IA mejoraron considerablemente en un corto período de tiempo. No obstante, estas innovaciones también tienen su lado oscuro: generan fake news y contenidos falsos difíciles de distinguir de los auténticos. Un ejemplo polémico fue una canción generada por IA llamada NostalgIA que supuestamente imitaba la voz del cantante Bad Bunny, generando controversia en las redes sociales.
¿Qué sigue para la inteligencia artificial?
Con la creciente digitalización de nuestra sociedad, la IA tiene acceso a una gran cantidad de datos acumulados en Internet. Esto la ayudará a mejorar continuamente y a adaptarse a cómo trabaja y piensa el ser humano frente al mundo digital. Si bien esto representa oportunidades fascinantes, también plantea desafíos y amenazas que debemos entender y abordar para garantizar un futuro sostenible y equitativo.