En su nueva película The Beast, el director Bertrand Bonello se adentra en el dilema existente entre inteligencia artificial y emociones humanas, planteado originalmente por Henry James en su obra La bestia en la jungla (1903). El filme, protagonizado por Léa Seydoux (mejor actriz en Seminci) y George MacKay, presenta un futuro en el que las emociones humanas se consideran una amenaza y uno de los personajes principales, Gabrielle, debe enfrentarse a su pasado para librarse de ellas.

Un futuro que parece el presente

La trama de The Beast transcurre en 2044. Bonello admite que, aunque la película fue concebida antes de la aparición de la inteligencia artificial, la historia ahora parece ser una «casi distopía», en la que la relación entre tecnología y humanidad adquiere un carácter preocupante. El cineasta cree que la tecnología debe utilizarse como herramienta para mejorar la vida, pero no convertirse en un elemento dominante.

La tecnología y la soledad en el cine

Bonello sostiene que, en su película, utiliza la tecnología a su servicio, mostrando cómo se puede emplear para lograr sus objetivos artísticos. Sin embargo, advierte que, en general, el cine está siendo dominado por la tecnología y las plataformas en línea, lo que afecta la forma en que los espectadores ven y aprecian las películas. Esto, según el director, está llevando a una creciente «soledad extrema».

La verdadera felicidad frente al falso lujo

En la película, el personaje Gabrielle debe enfrentarse a su pasado y tomar decisiones sobre qué es más importante: la eficiencia o el amor. Esto plantea la cuestión de encontrar la verdadera felicidad y no dejarse engañar por la abundancia que se nos ofrece a través de la tecnología. Bonello insta a buscar la calidad frente a la cantidad y a definir lo que realmente deseamos, en lugar de dejarnos influir por las expectativas de la sociedad.

Una historia de amor en un futuro minimalista

A pesar de ser una cinta de ciencia ficción, The Beast prescinde de elementos visuales comunes del género. Bonello opta por un futuro minimalista en el que las comunicaciones son invisibles y las relaciones humanas se reducen a simples voces. Sin embargo, en ese vacío, la película explora una conmovedora historia de amor entre Gabrielle y Louis, y aborda el miedo al amor, el deseo y la inminencia de la catástrofe.

Una película abierta y en constante cambio

El director afirma que The Beast es una obra viva que evoluciona con el tiempo y cambia según la interpretación del espectador. La cinta plantea más preguntas de las que resuelve, lo que le confiere un enfoque abierto que invita a la reflexión y al análisis, permitiendo que cada espectador se apropie de ella de manera distinta.