ChatGPT de OpenAI en conflicto con Scarlett Johansson por el uso de su voz
Introducción
Sam Altman, CEO de la compañía OpenAI, conocida por su desarrollo ChatGPT, quiso utilizar la voz de la actriz Scarlett Johansson para la nueva versión del software GPT-40. Sin embargo, la estrella de Hollywood se opuso. A pesar de ello, ChatGPT incluyó una voz sorprendentemente similar a la de la actriz, lo que generó indignación y la posibilidad de una demanda contra OpenAI.
La reacción de Scarlett Johansson
Al escuchar la demostración de ChatGPT, Scarlett Johansson se mostró furiosa e incrédula por la semejanza de su voz. De acuerdo con la actriz, ni sus amigos más cercanos ni los medios de comunicación pudieron notar la diferencia. Sam Altman intentó persuadirla argumentando que su voz reconfortaría a la gente y que facilitaría un puente entre empresas tecnológicas y creativos, además de que los consumidores se sentirían más cómodos con el cambio en la relación entre los humanos y la inteligencia artificial.
La respuesta de OpenAI
La empresa OpenAI ha decidido suspender temporalmente el uso de la voz similar a la de Scarlett Johansson en su producto, hasta que se resuelva el conflicto. La compañía asegura que lo hace por «respeto» a la actriz. No obstante, OpenAI también negó haber clonado la voz de Johansson y afirmó que la usada en ChatGPT es de una actriz de doblaje con su propia voz natural, cuya identidad no han revelado por razones de privacidad.
El problema de los deepfakes y las voces sintéticas
El caso pone en relieve el tema de las voces sintéticas y los deepfakes, que son cada vez más difíciles de distinguir de las voces humanas auténticas. El uso indebido de estas tecnologías puede generar consecuencias legales y éticas, especialmente cuando involucran la voz de una persona famosa sin su consentimiento.
Conclusiones
El conflicto entre OpenAI y Scarlett Johansson plantea preguntas importantes sobre el desarrollo y uso de tecnologías de inteligencia artificial y sus implicaciones para la privacidad y la propiedad intelectual. Es fundamental establecer límites claros y regulaciones adecuadas para evitar problemas legales y éticos en el futuro.
