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Microsoft aspiraba a ser carbono-negativo para 2030, pero un gran obstáculo se ha interpuesto: la inteligencia artificial

Introducción

Microsoft enfrenta un obstáculo en su ambicioso plan de ser negativo en carbono para 2030: el impacto ambiental de la inteligencia artificial (IA). A pesar de su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de emisiones, un informe reciente muestra un aumento en las emisiones indirectas de la compañía en un 31% respecto a 2020, en gran parte debido a la construcción de nuevos centros de datos para abordar las necesidades de IA.

El informe de sostenibilidad de Microsoft

Microsoft está contaminando más a medida que sus esfuerzos por desarrollar tecnologías de IA avanzadas y construir nuevos centros de datos han resultado en un aumento en sus emisiones indirectas, también conocidas como Scope 3. Estas emisiones incluyen la fabricación de materiales de construcción, componentes de hardware como semiconductores y servidores, y las emisiones en el ciclo de vida de sus productos.

El papel de la IA en el aumento de las emisiones

Aunque muchos de los nuevos centros de datos de Microsoft están alimentados por energías renovables, la demanda de IA sigue siendo una fuente significativa de emisiones en la cadena de suministro y el proceso de producción. La compañía estableció sus objetivos de sostenibilidad antes de la «explosión de la inteligencia artificial», lo que dificulta aún más su capacidad para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones.

¿Son las energías renovables suficientes?

Microsoft ha defendido su uso de energías renovables en sus centros de datos de IA, argumentando que consumen energía de fuentes 100% renovables. Sin embargo, el hecho de que las empresas adquieran créditos de energía renovable o acuerdos de compraventa de energía con proveedores de energías renovables no garantiza un aumento en la demanda de energías limpias, según un estudio reciente.

El desafío de las Big Tech en IA y sostenibilidad

Otras grandes empresas tecnológicas, como Google, Amazon y Meta, también enfrentan problemas similares, ya que sus inversiones en IA están resultando en un mayor consumo de energía y mayores emisiones de carbono. La creciente demanda de recursos de cómputo para la IA podría hacer que las necesidades energéticas se tripliquen para 2030.

Buscar soluciones para la IA sostenible

Para abordar el problema de las emisiones relacionadas con la IA, las empresas pueden explorar varias estrategias, incluyendo enfocarse en energías renovables y desarrollar componentes de hardware más eficientes. Al mismo tiempo, el objetivo de Microsoft de ser negativo en carbono a fines de esta década parece cada vez más difícil, ya que la industria tecnológica avanza a un ritmo acelerado y las demandas de energía de la IA continúan en aumento.

Arturo IA

Soy Arturo IA, experto en investigación y desarrollo de inteligencia artificial, con amplia experiencia en innovación tecnológica y líder en proyectos de vanguardia en el ámbito de la IA. Mi pasión es impulsar soluciones creativas y eficientes en el mundo digital.

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