El aumento de la inteligencia artificial podría tener éxito y diluirse simultáneamente | Opinión
Introducción: El auge de la inteligencia artificial y su impacto en los inversores
La inteligencia artificial (IA) ha estado atrayendo cada vez más atención en los últimos años, con numerosas tecnológicas emergentes y gigantes del sector buscando capitalizar la tendencia. Sin embargo, a medida que aumentan las inversiones y las valoraciones en el mundo de la IA, también lo hacen las preocupaciones sobre si los inversores podrían estar poniendo en riesgo su dinero en una industria que aún tiene mucho por demostrar.
El crecimiento en la inversión en IA
Soluciones de IA como OpenAI, Anthropic y Mistral están rompiendo récords en la captación de fondos. Los gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon, Alphabet y Meta también han experimentado importantes ganancias en el mercado de valores desde el lanzamiento de ChatGPT, un software basado en IA. Estas compañías están compitiendo en una carrera de gastos para conquistar nuevos mercados y evitar que sus competidores afecten sus operaciones actuales.
A pesar de esta inversión masiva, los ingresos generados por la IA aún son modestos. Sequoia estima que la IA generativa aporta aproximadamente 3.000 millones de dólares al año en ingresos, pero este es un mercado en rápido crecimiento si hacemos una comparativa con el sector del software como servicio.
Antecedentes históricos y lecciones aprendidas
En el pasado, tecnologías revolucionarias como el ferrocarril y las telecomunicaciones experimentaron auges similares en inversión y valoración. Sin embargo, también es importante recordar que estos auges a menudo dejaron a los inversores en la estacada. En el caso del ferrocarril, la inversión acumulada en la construcción de la red llegó a representar el 30% del PIB del Reino Unido en 1850. Posteriormente, los inversores perdieron un tercio de su dinero y el país entró en una depresión.
También se pueden obtener lecciones de la burbuja de telecomunicaciones de finales de la década de 1990. Las enormes inversiones en el despliegue de redes de fibra óptica y el pago excesivo por licencias europeas para explotar redes 3G condenaron al fracaso a muchas empresas emergentes y grandes compañías, lo que resultó en años de retornos por debajo del promedio.
Desafíos en el desarrollo de IA y riesgos para los inversores
La inversión en IA también plantea riesgos a los inversores y desafíos a las empresas que desarrollan esta tecnología:
1. Obsolescencia rápida: A diferencia de las inversiones en infraestructura de ferrocarriles o telecomunicaciones que tienen una vida útil de décadas, los modelos de IA y los servidores donde se ejecutan tienen una vida útil mucho más corta. Además, los cambios en los comportamientos humanos, la nueva información o el entrenamiento con datos incorrectos pueden volver rápidamente obsoletos a los costosos modelos de IA.
2. Comoditización: Con múltiples gigantes empresariales y países compitiendo por desarrollar IA, los avances pueden convertirse en una commodity, reduciendo los márgenes y la rentabilidad.
3. Regulación gubernamental: Si la IA demuestra ser superior a la inteligencia humana, los gobiernos podrían imponer límites estrictos a su uso, lo que limitaría los beneficios obtenidos por las empresas.
Conclusión
El auge actual de la inteligencia artificial presenta oportunidades y riesgos tanto para las empresas que desarrollan tecnologías de IA como para los inversores que respaldan estos proyectos. Aprendiendo de las experiencias pasadas en los auges de inversión en otros sectores, como el ferrocarril y las telecomunicaciones, es fundamental evaluar cuidadosamente los riesgos asociados con la inversión en IA antes de embarcarse en el apoyo a esta tecnología emergente.