Inteligencia Artificial encuentra nuevos antibióticos eficientes contra el SARM
Introducción
La inteligencia artificial (IA) no solo se limita a tecnologías como ChatGPT, Midjourney o asistentes virtuales como Siri y Google Assistant. Su alcance va mucho más allá y está siendo de gran utilidad en diversos sectores. Gracias a su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos, la IA puede mejorar la productividad y agilizar proyectos de manera efectiva. Un reciente descubrimiento muestra cómo la IA ha sido utilizada para encontrar nuevas sustancias antibióticas capaces de combatir el SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) y otras infecciones.
Medicina moderna y resistencia a los antibióticos
Desde el descubrimiento de la penicilina por Alexander Flemming en 1928, la medicina ha avanzado significativamente, curando numerosas enfermedades y prolongando nuestra esperanza de vida. Sin embargo, a día de hoy, ciertas cepas bacterianas han desarrollado resistencia a algunos antibióticos, como la meticilina. El SARM es una cepa de la bacteria Staphylococcus aureus que ha adquirido esta resistencia, lo que complica su tratamiento y puede representar un grave riesgo para la salud.
El uso de IA en la lucha contra el SARM
La investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos puede ser un proceso complicado, costoso y que requiere de grandes recursos computacionales. Máquinas como el superordenador Summit han sido empleadas en la búsqueda de posibles tratamientos para enfermedades como el COVID-19 o el cáncer. La inteligencia artificial se ha mostrado prometedora en este sentido, permitiendo el descubrimiento por parte de Integrated Biosciences de una nueva clase de antibióticos que podría combatir el SARM.
Próximos pasos para la validación de los nuevos antibióticos
A medida que se utilizan medicamentos, las bacterias y microorganismos van adaptándose y evolucionando, lo que genera la necesidad constante de desarrollar nuevos tratamientos. El proceso convencional de creación de nuevos fármacos puede llevar décadas y costar alrededor de mil millones de dólares. Sin embargo, la utilización de IA en este campo tiene el potencial de reducir drásticamente estos tiempos y costes.
Se entrena a la IA para identificar los aspectos moleculares que favorecen una alta actividad antibiótica y toxicidad. De esta forma, en lugar de realizar experimentos en el laboratorio que conlleven mucho tiempo, se pueden buscar medicamentos candidatos (en este caso, se analizaron 12 millones de posibles antibióticos) de manera más eficiente y rápida. No obstante, aunque la teoría indica que estos nuevos antibióticos podrían ser efectivos contra el SARM, aún es necesario realizar pruebas en animales y posteriormente en humanos para confirmar su eficacia.