La ética en la programación y potenciación de las artes en la inteligencia artificial, una asignatura pendiente en la transformación digital.
La inteligencia artificial y su impacto en la ética y las artes
Expertos de la Web Summit de Lisboa destacan el papel de la ética en la gestión de la inteligencia artificial (IA) y su influencia en la industria del entretenimiento. Aseguran que, si bien esta tecnología puede mejorar la eficiencia en los sectores productivos y creativos, es fundamental establecer un marco ético para garantizar que no se vulneren los derechos de las personas.
Ética para gestionar a los robots
Janet Adams, directora de Operaciones de SingularityNET, empresa centrada en desarrollar la inteligencia general artificial (AGI), subraya la importancia de perfeccionar esta tecnología para generar algoritmos éticos que estén al nivel intelectual del ser humano. Con el objetivo de cambiar las actuales estructuras de poder y mejorar la calidad de vida de las personas, Adams señala la necesidad de establecer una regulación clara y descentralizar la inteligencia artificial, integrando la ética y las normas de diversas partes del mundo.
Ética para regular la IA en las artes del entretenimiento
Otro aspecto resaltado en la cumbre es el componente ético en la aplicación de la IA en las industrias creativas. Matthew Blakemore, especialista en el sector del entretenimiento, enfatiza la importancia de establecer límites en la recolección de datos de usuarios para el diseño de ofertas de consumo, así como los posibles riesgos para los empleos del sector. Además, subraya la necesidad de ser cautelosos en el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial para evitar la transmisión de estereotipos erróneos.
Si bien la inteligencia artificial puede potenciar la carrera profesional de las personas y mejorar la calidad de los contenidos, es necesario establecer un comité de ética que supervise posibles sesgos en el proceso creativo.
La Web Summit de Lisboa, que concluye este jueves, ha reunido a cerca de 2,600 empresas emergentes y a alrededor de 70,000 personas de 160 países, marcando un hito en la discusión sobre el papel de la inteligencia artificial y su relación con la ética en los diferentes sectores. Con información de EFE.
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