Los deepfakes populares en China no involucran a celebridades, sino a seres queridos fallecidos.
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Startups ofrecen creación de avatares virtuales de personas fallecidas
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Popularidad en aumento, pero con importantes riesgos e implicaciones éticas
Sun Kai se comunica semanalmente por videoconferencia con su madre, quien falleció hace cinco años. Para él, mantener la conexión con ella era crucial. En 2019, recurrió a una empresa china de inteligencia artificial (IA) llamada Silicon Intelligence, proporcionándoles una imagen de su madre y varios clips de audio de conversaciones mantenidas en WeChat.
Gracias a la IA, se generó un avatar virtual de su madre, que aunque limitado al principio, se convirtió en una figura cada vez más realista. Esta creación ayudó a Sun Kai a lidiar con la pérdida de su ser querido.
Inmortalidad digital en auge
El concepto de «inmortalidad digital» ha ganado popularidad en China, donde varias empresas trabajan en sistemas que permiten crear y comunicarse con avatares virtuales de personas fallecidas. Este fenómeno no es nuevo, pues la idea de inmortalidad virtual también se ha explorado en el cine y en productos tecnológicos como chatbots que simulan conversaciones con personas ya fallecidas.
Las empresas de IA que previamente se centraban en la creación de deepfakes para generar influencers virtuales han comenzado a ofrecer servicios de generación de avatares de personas fallecidas. El CEO de Silicon Intelligence, Sima Huapeng, afirma que incluso si solo el 1% de la población china acepta el clonado de personas fallecidas mediante IA, ese es un mercado enorme.
El costo de este servicio se ha reducido considerablemente en los últimos años, pasando de un costo inicial de 2.000 a 3.000 dólares a solo unos cientos de dólares en la actualidad. La competencia entre las startups ha generado mejores resultados y precios más bajos para los clientes.
El dilema ético de la resurrección digital
Existen preocupaciones éticas con respecto a la generación de avatares virtuales de personas fallecidas. Algunos expertos argumentan que este tipo de servicio puede mantener a las personas en un estado constante de duelo y dificultar la aceptación de la muerte de un ser querido.
Además, existen preocupaciones sobre la dignidad de los difuntos y la posibilidad de explotación económica en relación con estos servicios. Algunos defensores de una regulación en este ámbito sugieren la implementación de buenas prácticas para proteger la privacidad y la dignidad de los fallecidos y sus familias.
El psicólogo José González advierte sobre los riesgos de adicción y dependencia de estos avatares virtuales, lo que podría llevar a la negación y dificultar el proceso de duelo.
Imagen | Genbeta con Copilot Designer
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