Los ciberdelincuentes han perfeccionado sus técnicas y tácticas con el paso del tiempo para llevar a cabo actividades ilegales. Una de las estrategias más comunes y efectivas es la suplantación de identidad, utilizada a través de mensajes de texto (SMS), redes sociales, correos electrónicos y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.
Recientemente, se ha observado un aumento en la suplantación mediante llamadas telefónicas gracias al uso de la inteligencia artificial. La IA permite imitar la voz de una persona de manera increíblemente precisa, incluyendo su tono, ritmo y otras características, lo que representa un peligro significativo para los usuarios.
Los riesgos de la inteligencia artificial en manos equivocadas
A pesar de los numerosos beneficios que ofrece la IA en diferentes sectores, su potencial para imitar personas reales en audios y videos es extremadamente preocupante cuando cae en manos equivocadas. Pronto, podría resultar difícil distinguir entre personas reales y suplantadores.
Las estafas con IA: un desafío para la ciberseguridad
El principal motivo de preocupación en el ámbito de la ciberseguridad es el avance de los deepfakes, reproducciones faciales generadas mediante software que hacen que un video parezca auténtico y real. Aunque existen desde finales de los años 90, el rápido desarrollo de la IA ha llevado a que sean cada vez más difíciles de detectar.
Los avances en inteligencia artificial representan riesgos potenciales en materia de fraude, estafas y robo de identidad, ya que la sofisticación y complejidad de estas técnicas resulta complicada de combatir. Instituciones financieras, bancos y empresas de servicios financieros deben invertir en herramientas antifraude para protegerse de los ciberdelincuentes.
Consejos para evitar ser víctima de estafas
Los usuarios también deben estar preparados para evitar ser víctimas de estafas tomando algunas precauciones, como verificar siempre la fuente de la persona que solicita información personal o bancaria y confirmar que se trata de una empresa legítima. En el caso de individuos, preguntar sobre algún detalle exclusivamente conocido por ambos también puede ser útil.
Además, es importante no compartir información sensible y recordar que entidades bancarias y similares nunca solicitarán datos personales, contraseñas ni otra información por teléfono, correo electrónico o medios parecidos. Ser cauteloso y desconfiar de ofertas que parezcan demasiado buenas para ser ciertas, así como no hacer clic en enlaces sospechosos, también reducirá el riesgo de ser víctima de estafas.
